La inversión en los procesos.
Y el concepto de Inteligencia Artificial inversa
Decía, en una de mis anteriores reflexiones existenciales, que la inversión en los procesos depara, en ciertas ocasiones, resultados muy útiles como en el caso de la ósmosis inversa y, en otras, no tanto, como, por ejemplo, cuando se presenta la simpatía inversa, también conocida como “mala gaita” (ver simpatía y ósmosis).
Pero, hete aquí que los tiempos que corren nos están poniendo encima de la mesa un concepto que está adquiriendo verdadera relevancia y no es otro que el de la Inteligencia Artificial.
No quiero ni pensar en el momento en que a alguien se le ocurra poner todos los recursos tecnológicos actuales, y no te digo los futuros, encaminados a circular en la misma dirección, pero en sentido opuesto y crear lo que podríamos denominar como “Estupidez Artificial”.
Sería como extender el Nothing as a Service (NaaS), hasta las más altas cotas de otra “N”, la auténtica y genuina “Necedad as a Service”.
Ya verás tú cómo, también en esto, me quedo corto.